
A mi lado viajaba una chica que jugaba con un cubo Rubik, si, esos cubos de los años 80.
Me quedé pegado durante todo el viaje con la chica y el cubo, ya que los movimientos que esta realizaba con el cubo eran realmente impresionantes. Armaba y desarmaba a su pinta , no solo un color, sino, el cubo entero. Mecánicamente conté todas las veces que esta hizo el cubo entero. Fueron 3 veces. Esto me dio para pensar.
No importa lo enredado que esté el cubo, no importa si los colores quedan todos desparramados
se sabe que se puede armar. Algo parecido pasa en la vida. No importa que tan grave sea el problema, sabemos que con solo "unos cuantos movimientos" , llegaremos a la solución de este. Tenemos que saber "para donde girar" las partes del cubo de nuestras vidas, y si no lo sabemos aprenderemos en el viaje hacia armar el cubo. Al igual que ese cubo, cada uno de nosotros tiene un "cubo" en nuestras manos, que depende solo de los movimientos que hagamos.
Nosotros mismos construimos el camino que recorremos...
Conciso. Entenderlo no es fácil, llevarlo a cabo es un desafío que pocos logran. Vamos amor, sé uno de los pocos. Entonces me podrás enseñar a armar MI cubo rubik.
ResponderEliminarTe quiero con todos los coloreees del mundo.